La Sala Manuel Medina del Campus Universitario de Rabanales de la Universidad de Córdoba acogió ayer la segunda  de las intervenciones enmarcadas dentro del I Ciclo de Conferencias de la Facultad de Ciencias que.ha corrido a cargo de Raúl Luque Huertas, contratado por el Programa Ramón y Cajal y asociado al Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de esta Universidad.

Durante su exposición, Raúl Luque ha incidido en que, paralelamente al importante aumento que ha sufrido la esperanza de vida en paises desarrollados gracias a la mejora social y los avances en medicina, existe un aumento en la incidencia de ciertas enfermedades asociadas con la edad como diversos tipos de cáncer y enfermedades neurodegenerativas. Por esta razón, consideró importante profundizar en los procesos celulares y moleculares que subyacen en estas enfermedades con el fin de diseñar nuevas estrategias terapeúticas para combatirlas. 

Luque resumió los avances científicos que ha conseguido en esta área desde que comenzó su  tesis  doctoral en esta Universidad en 1998 hasta hoy. En concreto, durante estos años ha profundizado en el conocimiento de las acciones pleiotrópicas de la somatostatina y sus receptores y de su relación con diversos tipos de adenomas hipofisarios, cáncer de mama y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Recientemente, el grupo de investigación en el que desarrolla su labor  ha descubierto que, además de los 5 tipos de receptores diferentes para la somatostatina que se expresan de manera diferencial en muchos tipos celulares, existe un receptor adicional truncado cuya expresión se encuentra consistentemente aumentada en este tipo de patologías, en las que puede jugar un papel fisiopatológico relevante y, por tanto, puede servir como nueva diana para la intervención terapeútica.

El acto ha sido presidido por  Justo Castaño Fuentes, vicerrector de Política Científica , Manuel Blázquez Ruiz,  decano de la Facultad de Ciencias, y Francisco Gracia Navarro, director del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología y presidente del Parque Científico y Tecnológico de Córdoba, Rabanales 21.

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 El secreto para combatir la obesidad podría estar dentro del ser humano, concretamente en las mismas células que se ocupan de producir la hormona del crecimiento (GH). Y es que los cambios en los niveles de esta hormona podrían actuar como sensores naturales, detectando e informando al organismo de si existe un exceso de nutrientes para evitar una acumulación de grasas y una alteración de la glucosa, condiciones previas y determinantes en la obesidad y en la diabetes derivada de la misma.

En este sentido, el doctor en Biología por la Universidad de Córdoba y miembro del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica (Imibic) Raúl Luque explicó: “Nuestro cuerpo no está acostumbrado a los excesos, es decir, a tomar más calorías de la que se pueden quemar”. Por esto, esta información “tan valiosa” normalmente se pierde porque “se rompe el equilibrio natural” y la hormona deja de actuar como un sensor.

Según se ha podido comprobar en los estudios desarrollados en el laboratorio y concretamente con un modelo de ratón transgénico, las células que contienen las hormona encargadas del crecimiento podrían llegar a usarse con interesantes aplicaciones terapéuticas, como por ejemplo para evitar la obesidad infantil.

 

Buscan apoyo en las farmacéuticas

La hormona del crecimiento aún no está muy desarrollada farmacológicamente, pero se presupone que si sus niveles son bien controlados puede tener muchos y muy variados aspectos positivos para el rejuvenecimiento de la piel, pérdida de grasa o la formación de masa muscular. Sin embargo tiene como parte negativa que “si se aumenta mucho la GH en el organismo hay tejidos que se harían insensibles” y podría ser responsable de la aparición de algunos síndromes como es el caso de la diabetes.

El equipo de investigación ha podido comprobar que la disminución en los niveles de la hormona del crecimiento que ocurre de manera natural en el organismo cuando se envejece (ya que la GH se encuentra en mayores cantidades conforme más joven se es y empieza a disminuir con el paso de los años) podría ser la fórmula hallada por nuestro cuerpo para evitar la aparición de algunos problemas de salud. Sin embargo, cuando ese descenso es excesivo y se da antes de tiempo se producen las alteraciones y aparecen enfermedades como la obesidad, provocada por la acumulación de grasas, un defecto del metabolismo, la pérdida de masa muscular, y la diabetes.

Raúl Luque puso de manifiesto: “Aun queda mucho por confirmar”. Aún así, los científicos mantienen la esperanza de encontrar colaboraciones con multinacionales farmacéuticas para que se potencien las posibilidades de esta hormona. Estos avances han sido publicados recientemente en revistas de gran prestigio científico como Plos One, en el último número de la revista Endocrinology y en una revisión de la revista The New York Academy of Science, donde se han recogido diferentes artículos sobre el uso del ratón y la importancia de la hormona del crecimiento, entre otras.

CMG ( De " Andalucía Investiga")

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